Este es un mensaje muy importante para los docentes, padres y madres que, están preocupados por el provenir educativo de sus respectivos/as alumnos/as e hijos/as.
Docentes, padres, madres… este mensaje es un llamamiento a la calma, empatía, comprensión y unión entre todos y todas.
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¿Por qué este mensaje?
Estamos ante un hecho histórico y único que demanda soluciones rápidas y efectivas. No tenemos ningún precedente ni siquiera parecido en el que apoyarnos y no tenemos tiempo para parar a pensar y reflexionar sobre las decisiones a tomar.
Es totalmente comprensible y entendible que la preocupación aumente al pensar en que el Coronavirus ha aparecido en pleno curso y que los estudiantes puedan ser unos grandes perjudicados.
Por eso es necesaria la calma…
- …porque convertir las clases presenciales en clases online no es algo que se consiga en dos días,
- …porque lo que vuestros/as alumnos/as e hijos/as debían aprender durante el curso, lo podrán aprender en cualquier otro momento,
- …porque los aprendizajes que están obteniendo con esta situación y circunstancias son, quizás, muchos más valiosos.
Y es necesario, además, comprensión, empatía y unión porque las situaciones y circunstancias en general, tanto personales como profesionales, tienen muchas similitudes y no tiene sentido que cada uno vaya por su lado.
Si queremos que el alumnado e hijos/as salgan beneficiados (o menos perjudicados) de todo esto, se deben hacer serios esfuerzos para remar todos y todas en la misma dirección.
Motivos para la unión.
Sin lugar a dudas, el motivo principal es la educación de nuestros/as alumnos/as e hijos/as.
Todos, absolutamente todos, tanto docentes como padres y madres, tenemos como objetivo máximo que los pequeños y jóvenes reciban la mejor educación y formación.
Y este es un motivo más que suficiente para trabajar todos juntos, colaborando y cooperando. No puede ser de otra manera.
Además, el estado de alarma y el confinamiento, nos plantea una situación difícil de gestionar.
La mayoría de docentes y de padres/madres, se encuentran con la situación de tener que trabajar desde casa al mismo tiempo que sus hijos deben seguir con su aprendizaje, también, desde el propio hogar.
Salvo en algunas excepciones, tanto unos como otros se encontrarán, además, con la dificultad que tiene teletrabajar y estudiar de forma online, porque nunca han tenido oportunidad de hacerlo.
Todo ello crea una situación, como decía, muy difícil de gestionar, la cual afecta directamente a los alumnos e hijos, a su aprendizaje y a su forma de sobrellevar la situación que estamos viviendo.
Es momento de dejar atrás todas esas creencias y factores que han provocado un distanciamiento cada vez más grande y peligroso entre docentes y padres/madres, y empezar un nuevo rumbo con la unión por bandera.
Y no hablo solamente durante el tiempo que estemos encerrados en casa, sino que es una propuesta firme para que sea aplicada a partir de ahora y una vez volvamos a la normalidad.
Propuesta de cambio.
En primer lugar, propongo que bajemos la guardia y no nos exijamos demasiado los unos a los otros. Bastante tenemos ya con gestionar esta situación y la incertidumbre de no saber cuándo ni cómo acabará todo esto.
Como decía al principio, existe una gran preocupación por los aprendizajes de pequeños y jóvenes. Y parece que, si no van a clase, si no tienen deberes, si no tienen un docente online que siga con su educación y enseñanza, etc., no están aprendiendo nada.
Paremos un instante a pensar en la situación que estamos viviendo… Todos estamos aprendiendo valores que, en algunos casos eran desconocidos y en algunos otros quizás habían sido olvidados. Y eso, tanto los niños como los jóvenes, también lo están aprendiendo.
Me refiero a valores como la solidaridad, la convivencia, el sentido real de la libertad, el autocuidado, el cuidado a los demás, el respeto a la naturaleza, etc., y otros aprendizajes como la gestión del espacio y del tiempo, entre muchísimos otros.
Sin darnos cuenta, están aprendiendo de forma autónoma y totalmente práctica valores y aprendizajes que les van a acompañar durante toda su vida.
Así que, si ahora mismo no aprenden a multiplicar, la fotosíntesis o lo que ocurrió en la edad media (por poner algún ejemplo), no pasa nada, porque lo podrán aprender en cualquier otro momento.
Propuesta de aprendizaje.
Mi segunda propuesta es que analicemos la situación y nos adaptemos a las circunstancias.
Y es necesario abordar el aprendizaje de forma distinta y convertirlo en algo práctico, sencillo, divertido y, por qué no, en familia.
Hace ya mucho tiempo que los expertos aconsejan y recomiendan aplicar el juego al aprendizaje en todas las etapas e implicar a la familia, por los grandes beneficios que ello conlleva para el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Pues estamos en el momento idóneo para ponerlo en práctica.
Es muy fácil, solamente se trata de resolver una suma muy sencilla.
Aprendizaje + Familia + Diversión = JUEGOS EDUCATIVOS EN FAMILIA.
Se trata de juegos en los que se pone en marcha el aprendizaje o repaso de uno o varios conocimientos o temas específicos y que animan a la participación de toda la familia.
Pueden ser juegos de mesa, digitales, físicos, ya existentes, inventados, adaptados, de elaboración propia, etc. Existen tantos tipos de juegos como tu cabeza sea capaz de crearlos.
Solamente debes dejar volar tu imaginación y creatividad.
De esta manera, favorecemos el aprendizaje de forma divertida y ayudamos a que la familia cree vínculos positivos para favorecer la unión y la convivencia.
Esta propuesta de aprendizaje no debería terminar cuando acabe el confinamiento. Os animo, tanto a docentes como padres y madres, a que incluyáis este tipo de aprendizajes para siempre.
Imagina que, una vez se vuelva a las aulas, el 80% de deberes que se llevan los escolares y estudiantes a casa son juegos educativos en familia.
¡Los beneficios serían más que evidentes! Se eliminaría el rechazo de los estudiantes por repasar en casa, se crearían mejores y mayores aprendizajes en ellos, a los padres les resultaría menos costoso implicarse en las tareas de repaso de sus hijos/as, se crearían vínculos positivos y fuertes entre los miembros de la familia…
Aunque es una práctica que se conoce muy poco, ahora tenemos la oportunidad de ponerla en funcionamiento y decidir, más adelante, si es una buena opción para incluirla en el día a día.
¿Te animas?